07 agosto 2011

Estrella Roja (cap. 6)

Aquél día me desperté antes de lo normal, estaba impaciente por empezar “mis entrenamientos”.
Abrí el armario para decidir que ponerme, toda la ropa me la había regalado Alexa. Ella tenía mucha y siempre vestía bien.
Aun que un vampiro se siente cómodo y ligero casi con cualquier cosa me puse ropa deportiva.
Cuando acabé de desayunar Alexandra se levantó y llegó el tío Alfonso.
-Buenos días, espero que hayáis descansado, sobre todo tú Lucía.
-¡Estoy preparada! -Dije alegremente.
Salimos de la cabaña y miré hacía el bosque sintiendo el aire fresco de la mañana y estando feliz de salir por fin de casa.
Justo en frente de la puerta de la cabaña habían tres líneas pintadas: una roja, otra verde y otra azul que seguían un largo camino.
-Bien. -Comenzó Alfonso -Vamos a hacer los tres una carrera, elegir un color y seguid la línea hasta que se acabe. Lucía tú intenta ganar.
-Por supuesto. -Dije mientras me colocaba sobre la línea roja.
-Pues vamos, no te desvíes de tu línea, si lo haces no ganarás.
Los tres nos colocamos en nuestras líneas listos para correr.
Estaba algo nerviosa, yo nunca había sido una experta en deportes precisamente... El tío Alfonso dio la salida y echamos a correr.
Sin darme cuenta estaba corriendo a una velocidad que no era normal, los había adelantado a los dos. Seguí corriendo por mi línea y Alexa de repente apareció a mi lado, sonriendo mientras me adelantaba.
No iba a dejarme ganar por nada del mundo. Quise correr más y más y cuando me di cuenta ya era tarde para volver a la carrera, me había salido de mi línea.
Me pare en seco para buscarla con la vista pero debí alejarme bastante por que no fui capaz de encontrarla, genial ahora me había perdido.


De repente empecé a escuchar un teléfono, mire a mi alrededor pero no veía nada así que me guié por el oído hasta que lo encontré.
-¿Diga? -Pregunté sorprendida.
-Hola sobrinita. -Saludó el tío Alfonso.
-¡Tío Alfonso! Me he perdido.
-Lo sé, esto estaba preparado por si te desviabas. Ahora tendrás que encontrar el camino a la cabaña tu solita.
Alfonso lo tenía todo preparado, tan preparado que sabía hasta dónde me desviaría.
-¿Pero como vuelvo? No sé el camino. -No quería quedarme allí perdida.
-De eso se trata, usa todos tus sentidos y llegarás, piensa que esto es un reto y lo conseguirás.
-Está bien, nos vemos en casa. -Dije sonriendo mientras colgaba.
En cuanto colgué el móvil este se apagó, así que no podría servirme de ayuda. Solo dependía de mi encontrar el camino. Tiré el móvil al suelo del bosque y empecé a caminar por el bosque.
No encontraba la casa ni veía nada que no fueran árboles.
Tenía la sensación de que llevaba mucho tiempo caminando sin resultado así que me senté en el bosque apoyándome en un árbol. Necesitaba concentrarme.


Cerré los ojos y intente escuchar todos los sonidos del bosque, a lo mejor estaba cerca de la cabaña y podía conseguir oír a mi tío.
Escuché a los pájaros, a algunos animales que corrían y que alguien caminaba por el bosque. ¿Serían Alexandra y el tío Alfonso? Los escuchaba cada vez más cerca, era alguien que se movía deprisa, por lo que no podía ser un humano.
-¿Alexa? -Pregunté en el bosque. -¿Tío Alfonso? -Pero no hubo respuesta.
No sabía si correr, asustarme o quedarme allí quieta. De repente alguien salió de entre los árboles.
-Ya casi no me acuerdo de dónde queda la dichosa cabaña, debo estar cerca...
Él era sin duda un vampiro igual que yo, al principio no se dio cuenta de que yo estaba allí, por lo visto también buscaba la cabaña.
-¿Hola? -Dije dubitativa.
-¿Cuanto rato llevas ahí? -Preguntó sorprendido por no haberse dado cuenta antes de mi presencia.
-Soy Lucía, yo también busco la cabaña. -No quería parecer insegura, él parecía tan perfecto siendo tan alto y con esos ojos grises.
-¿A caso conoces a Alfonso? Nunca te he visto ni he oído hablar de ti.
Me molestó el tono desconfiante con el que habló, debería de ser yo la que desconfiará, yo era la sobrina de Alfonso que al parecer era muy respetado por otros vampiros, ¿y él quién narices era?
-Perdona pero yo soy la sobrina de Alfonso, así que no deberías hablarme en ese tono. -Dije molesta.
-¿Sobrina?
-Exacto.
 Empezó a reírse delante de mi.
-¿Pero de qué te ríes? -Pregunté enfadada.
-Jaja, piensas que puedes engañarme, pero conozco a Alfonso desde hace mucho, y se que no tiene ninguna sobrina vampira.
-¿Engañarte? ¡Por favor! Sí el estúpido de mi primo no me hubiera mordido seguiría siendo una persona normal.
Y entonces aquél extraño se calló por fin. Sumido en sus pensamientos y mirándome incrédulo por mis palabras.
Alexa y el tío Alfonso llegaron entonces.
-¡Leo! ¡Cuanto tiempo! -Dijo Alexandra.
-¡Ey! Qué guapa estás. -Dijo el desconocido llamado Leo.
-Hola Leo, me alegra mucho verte. -Saludó Alfonso.
-Alfonso, siempre es un placer volver aquí.


Yo no entendía nada, al parecer se conocían muy bien, yo no sabía ni quién era por que el tal Leo había sido un borde conmigo, ni si quiera se presentó. Interrumpió mis valiosos entrenamientos y se rió en mi cara, esperaba que no se quedara demasiado tiempo con nosotros.
-Lucía este es Leo. -Dijo Alexa, presentándonos.
-Ya veo. -Dije de brazos cruzados y sin ninguna alegría.
-Lucía, lo siento. Hemos empezado con mal píe, es que se me ha hecho extraño ver a una desconocida. -Me dijo Leo. -¿Podrás perdonarme?

-Está bien. -Sonreí ligeramente.
Todos juntos volvimos a la cabaña, Alfonso me prometió que al día siguiente seguiríamos con los entrenamientos, aun que ahora ya sabía el camino para volver a casa.
Una vez allí comimos todos juntos y después Leo y yo nos quedamos solos.
-Debo ir a casa para anunciar tu visita Leo. -Dijo el tío Alfonso -Así que aquí os dejo a los tres.
-¡Papá espera! Yo también necesito pasar por casa. Iré contigo. -Dijo Alexandra.
-Está bien hija.
Yo no quería quedarme allí sola con Leo, no sabía por que la idea de estar con él a solas me ponía nerviosa. Pero parecía que no tenía opción, yo no estaba preparada para ver a Sergio.
-Leo ¿No quieres ir tu también para saludar a los demás? -Le pregunté -No me pasará nada si me quedo aquí sola unas horas.
-No, me apetece descansar un rato. -Dijo sonriendo.
Yo intenté sonreír también de manera que pareciera lo más sincera posible pero en realidad maldecía  mi suerte.


Alfonso y Alexandra se fueron. Ahora Leo y yo estábamos solos.




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Bueno aquí tenéis el sexto capítulo como os prometí. 
A partir de este ya empezaré a publicar en el blog de Estrella Roja :)
ESPERO QUE OS GUSTE ESTE CAPÍTULO!!

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