La doble imagen - Adictos a la Escritura, Proyecto Mayo 2012

Hola a todos, como cada mes traigo un proyecto de Adictos a la Escritura.
La doble imagen es un proyecto en el que dos adictos comparten una imagen y cada uno escribe su propio relato :) ¡Así vemos las distintas interpretaciones que tiene una imagen!
Este es el relato de mi compañera Dolly Gerasol: http://mihobbyesleer.blogspot.com.ar/2012/05/proyecto-mayo-adictos-la-escritura-el.html
Y este es el mío, espero que os guste a pesar de no estar inspirada :)

El Lago de las Sirenas

Todavía podía recordar cómo huimos juntos de nuestras duras vidas. En la pequeña barquita, la misma que seguía en el porche de la casa,  escapamos una estrellada y oscura noche. Estuvimos días navegando y alimentándonos del pescado crudo que lográbamos pescar hasta que encontramos la casita abandonada al final del lago. Detrás de ella se extendía el espeso y verdoso bosque, misterioso y profundo.

Era extraño que una casa en un lugar tan precioso como ese estuviera deshabitada.  ¿Quién se negaría a vivir en un lugar tan hermoso? Sin duda nosotros no y poco a poco construimos un hogar humilde y acogedor.

Por fin éramos felices y teníamos todo lo que necesitábamos para vivir, una casa y un lago lleno de peces que comer.

Una de esas largas noches de pesca en las que ella me acompañaba la luna llena iluminaba el lago, ella no podía dejar de mirar su reflejo en el agua. Entonces cómo si alguna fuerza misteriosa la llamara se lanzó a las frías aguas, logré salvarla pero cayó gravemente enferma.

Nunca había visto semejante enfermedad, su piel se fue volviendo azul y sus labios morados. Tenía más de 41º de fiebre, algo sobrehumano y a veces gritaba de dolor.

A la noche siguiente todo acabó. Lloré su muerte durante horas, aunque sabía que ella ahora estaría en un lugar mejor y sin sufrimiento no me veía sin su compañía en la vida.

Después de aceptar su muerte me preparé para llevar su cuerpo al lago, sabía que a ella le gustaría estar allí para siempre por como disfrutaba cuando navegábamos por las inmensas y profundas aguas.

Cuando llegue al centro del lago dejé su cuerpo a flote, que se hundió poco a poco. De repente el agua comenzó a hacer cosas extrañas, parecía que estuviera hirviendo, la temperatura comenzó a subir notablemente y burbujitas y gases salían del lago. Asustado remé lo más rápido posible y entonces se comenzaron a escuchar en las profundidades unos cantos de voces femeninas muy afinadas y suaves que surgían a la superficie.

−La tenemos….

−Es nuestra…−  cantaban.

Pensé que me estaba volviendo loco, aquello era demasiado extraño y volví a casa muy alterado.

Aquellas voces eran reales, estaba seguro, pero no podía creerlo ni entenderlo. ¿Quiénes eran y porqué se habían llevado a mi amada?

Sin duda tenía que descubrirlo. Así que volví a la barca y me dirigí al centro del lago de nuevo, todo estaba en calma y por más que esperaba no sucedía nada.

−¡Estoy aquí! ¡Maldita sea! ¿Por qué os la habéis llevado? ¿Quiénes sois?

Parecía que no iba a obtener ninguna respuesta pero para mi sorpresa la barca se volcó.

Traté de tener los ojos abiertos, pero todo se veía borroso. Algo ardiente me sujetaba de los brazos y me arrastraba.

Un rostro se acercó a mi y rozo mis labios con un suave pero ardiente beso. Después perdí el conocimiento y al despertar me encontraba tumbado en la cama de una casa desconocida.

Un hombre mayor se acercó a mi −¡Oh muchacho, me alegro de que estés bien! Si no fuera porque vi  tu barca volcada y fui a rescatarte te hubieras ahogado. Ese lago es muy peligroso… No deberías ir por allí.  

−¿Qué sabe usted del lago?

−Sólo que la mayoría de personas que navegan en él jamás vuelven…

−¡No puede ser! Mi mujer y yo vivíamos en la casa abandonada y pescábamos cada noche.

−¿Y dónde está ella ahora? –preguntó como si supiera la respuesta.

Yo me quedé paralizado mientras los recuerdos volvían a mi mente.

Dos mujeres hermosas de largos cabellos, pieles verdosas y carnosos labios me arrastraban por el agua.

El tacto de sus manos quemaba en mis brazos a pesar de que el agua se sentía helada, ellas me llevaron hasta mi amada, totalmente distinta a la que conocía.

Tenía escamas y una cola azul. Su piel pálida también azulada y sus labios morados seguían igual que cuando enfermó pero sus ojos se habían vuelto amarillentos.

Me besó y el calor del beso y el agua en mis pulmones me vencieron. Ese fue su beso de despedida.

Miré mis brazos buscando quemaduras, sí, estaban ahí y mis labios también estaban sensibles e irritados. 
Comprendí que jamás volvería a ver a mi esposa y que jamás podría volver ha acercarme al lago, bien sabía que si lo hacía no volvería con vida a la superficie. 
¿Pero cómo podía saber el viejo los secretos del lago y afirmar qué era peligroso? ¿A caso él no había salido con vida? ¿Y si lo había hecho por qué había vuelto al lago de las sirenas?