Ruptura
−Lo siento, no quería hacerte
daño… −dijo cabizbajo.
Yo me quedé sin habla… ¿Qué no
quería hacerme daño?
− ¿Cómo puedes decir eso?
¡Vete, vete de mi casa! –grité llorando − ¡Y no vuelvas a dirigirme la palabra
nunca más!
Él no quería que lo nuestro
acabase de esa forma. ¿Pero cómo podía esperar que acabara de otra manera?
Sé que no estábamos en nuestro
mejor momento, que quizá nuestra relación habría acabado igualmente. Pero no de
esa manera.
Vale, las rupturas siempre son
dolorosas pero ¿por qué no hacerlo desde el respeto dejando al lado la fría
traición?
Bien, supongo que esa era la
razón de peso que necesitaba para tener el valor de dejarme.
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MMmm....Interesante...A veces, somos nosotros mismos quienes nos saboteamos XD
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