En el facebook de Adictos se propuso hacer un relato sobre la vuelta al cole, ya que en estas fechas es lo que toca, decidí participar y esto es lo que salió:
Vuelta al instituto
Las vacaciones se habían hecho demasiado largas, al
contrario que muchas de sus amigas ella no pudo salir de vacaciones a ninguna
parte.
Se quedó todo el verano en la ciudad y poca ocasión tuvo
de ir a la playa o a la piscina, en su familia los problemas de salud así lo
habían impedido.
Raquel estaba deseando volver a la rutina, comenzar de
nuevo el instituto, ver a sus amigas y a Pablo, el chico que le había robado el
corazón y llevaba tres meses esperando a que volviera de sus vacaciones. A
penas habían hablado mucho, pero era normal, las vacaciones son para
desconectar y no estar todo el tiempo enganchado al teléfono, eso pensaba
Raquel cuando no respondía y hablaban pocos minutos al día.
La cosa olía mal y sus amigas la habían advertido pero
ella no quería pensar que cosas podría haber hecho Pablo, ni si quiera se
imaginaba que fuese capaz de algo así.
Por fin llegó el primer día de instituto, tan esperado,
se arregló algo más de lo normal para su encuentro con Pablo, él le dijo que se
verían allí en el instituto.
Era el último curso que les quedaba en secundaria, debía
comenzar a pensar que hacer con su futuro pero en esos momentos más le preocupaba
lo que sentía por aquél chico. Tenía muchas ganas de verle y darle un gran
abrazo, también a sus amigas pero sobre todo a él.
Llegó al instituto y Pablo no estaba en la puerta, quizá
ya había subido a clase, al entrar se encontró con otros compañeros de clase
que la saludaron con más amabilidad de la que solían utilizar, como si ella les
diera pena. Se extrañó pero decidió no preocuparse, a menudo los chicos a esa
edad se comportaban de forma extraña, así que sin más continuo su camino.
El corazón le latía más y más fuerte conforme pisaba cada
escalón, al final de las escaleras solo tenía que girar a la derecha y allí
estaría su Pablo esperando con los brazos abiertos.
Al girar allí estaba, le vio y sonrió mucho pero entonces
una chica desconocida se asomó detrás de Pablo cogiéndole de la mano. Raquel
cambió su rostro en seguida.
–¿Pablo? ¿Qué haces? –Preguntó muy seria mirando aquellas
manos unidas.
–Lo siento, Raquel… No sabía cómo decírtelo pero esta es
Claudia, irá a nuestra clase.
–¿Qué intentas decir? –Cada vez estaba más nerviosa,
sabía que lo que se avecinaba le iba a doler mucho.
–Nos conocimos este verano –. Habló la tal Claudia. –Casualmente
yo iba a venir a este instituto y todo surgió, lo siento…
Raquel no sabía cómo reaccionar. ¿Tenía que gritarles
todo lo que pensaba en esos momentos o salir corriendo? Optó por lo segundo,
mientras corría las lágrimas salieron de sus ojos y de pronto se encontró a sus
amigas.
No tuvo mucho tiempo de explicarles lo que había ocurrido
porque ya debían entrar en clase pero
una de sus amigas le aconsejo que se vengara y que no dejaran que la vieran
triste.
Cuando entró a clase Pablo estaba sentado en el pupitre que ocupaba el año pasado y a su lado
Claudia, en el antiguo pupitre de Raquel.
–¿No te importa dejarle tu sitio a Claudia, verdad? –Preguntó
el chico.
Todos los compañeros y compañeras de clase miraban
deseando que les tragara la tierra, aquella situación era muy incómoda ya que
no sabían si debían hacer algo.
Raquel se enfureció tanto que cuando vio que sobre la mesa Claudia tenía una botella de
agua supo lo que debía hacer. Aunque sabía que la podían castigar por aquello e incluso expulsarla del
instituto la cogió, la abrió y tiró todo el líquido encima de Pablo, dejándolo completamente empapado.
–¿Y a ti no te importa que coja un poco de agua, verdad?
Los demás se quedaron muy sorprendidos, a algunos incluso se les escapó la risa pero en cuanto Raquel
fue a sentarse al lado de una de sus amigas todos apartaron la mirada y se quedaron en silencio, Pablo y
Claudia tampoco dijeron ni hicieron nada.
Y así fue aquella extraña vuelta al instituto que Raquel
tanto había estado esperando.
Pablo se lo ha merecido. Me gusta el enfoque que le has dado. Sigue así.
ResponderEliminarMuy bueno, aunque estaba esperando que se lo tiraras a Claudia. Veo que te ha pasado como a mí, el "-" cuando se habla se hace pulsando ALT y tecleando 0151 y sale "—" que es un poco más grande. Por lo demas precioso. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por leer y comentar.
EliminarEn el word pongo guión largo pero en el blog se me cambia solo, no sé porqué.