Cae la lluvia y moja mi ropa, moja mi pelo, moja todo lo
que tengo.
Tristemente camino escuchando las gotas caer en la calle
solitaria, oscura, iluminada tenuemente por esas borrosas luces, borrosas
porque las lágrimas que brotan de mis ojos no me dejan mirarlas.
El frío me traspasa en la piel, llegándome hasta el alma
que se queda helada, atravesando a mi corazón herido.
No sé a dónde me llevarán mis pasos, ni cuánto tiempo
estaré caminando bajo esta lluvia de otoño, sobre este suelo mojado en el que mis pasos quedan marcados.
Y cuando en octubre pare la lluvia saldrá el sol. Y
entonces secaré mi ropa, secaré mi pelo y secaré mis ojos dejando que miren a
esa bola brillante que dará calor a mi alma, que ayudará a que las heridas del
corazón cicatricen, que borrará aquellos pasos mojados dejando espacio para
seguir caminando, avanzando bajo un amanecer nuevo hasta llegar la noche
estrellada más hermosa que pueda imaginar.
Qué bonito!! Después de la tormenta siempre llega la calma y no hay nada que no cure el sol!!
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