03 julio 2011

Estrella Roja (Parte 2)

Todo era muy confuso. 


Solo sentía un escozor muy fuerte en la garganta, la notaba muy seca, mis tíos y sus hijos estaban allí mirándome.
No sabía que hacía yo allí hasta que de repente me vino a la cabeza todo lo sucedido en mi cumpleaños.  
El último recuerdo me hizo saltar encima de Sergio casi sin quererlo, como un impulso de un animal cuando se siente atacado. No podía controlarme.
Antes de que pudiera morderle mi prima Alexandra y mi tío Alfonso me detuvieron. 


 -¡Lucia para! -Dijo Alexandra.
-Vamos a llevarla a la cabaña Alexandra, estará más segura. -Ordenó mi tío.


Sergio se incorporó de inmediato, Alexandra y Alfonso me llevaban cogiéndome de los brazos, aun que yo no oponía ninguna resistencia.
 No quería matar a nadie pero Sergio se merecía un buen susto y algún día le daré una buena lección, nunca se lo perdonaré...  




La cabaña estaba escondida entre los árboles del bosque y aun que por fuera parecía abandonada por dentro era todo un lujo. Decorada a la perfección y bastante espaciosa. 


El tío Alfonso se sentó y me invitó a hacer lo mismo. Alexandra se quedó de pie.  
-¿Como te encuentras querida? -Me preguntó.
Intenté responderle pero no me salía la voz, tenía la garganta destrozada por dentro, me quemaba mucho pero conseguí decir:


-Creo que tengo... ¿Sed?
-Exacto, debes tener la garganta ardiendo. Alexandra, por favor, trae una jarra.


En dos segundos Alexandra había ido a la cocina y había vuelto con una gran jarra llena de sangre. Me sirvió un vaso. ¿Como iba a beber sangre humana? Aun que me ardía la garganta...


-Vamos bebé y te sentirás mejor. -Dijo Alexandra.


Intenté hablar pero era inútil, cada vez me dolía más. Alfonso al darse cuenta sacó una pequeña libreta y un bolígrafo de su bolsillo."¿Sangre humana?" Escribí. Me sorprendió ver que mi caligrafía era mucho mejor y Alexandra se echó a reír. 


-¡Alexandra, hija! -La regañó su padre- No te rías. Claro que no es sangre humana Lucia, nosotros cazamos animales. En estos tiempos no es nada moral ni cívico matar a gente. Además no me gustaría tener que matar a nadie. 


Asentí y me bebí el vaso de sangre de un solo trago.
Sentí un gran alivio en la garganta y seguí bebiendo sangre sin parar. Para un vampiro beber sangre por primera vez es totalmente placentero. Acabé toda la jarra en un minuto. 


-Veo que te gusta... -Dijo Alexandra. 
Era una vampira con sentido del humor.
-¿Te sientes mejor Lucia? -Preguntó el tío Alfonso.
-Sí. -Dije claramente.


Alfonso me preguntó que recordaba y yo le expliqué todo lo sucedido en mi cumpleaños. Me pregunté a mi misma cuanto tiempo habría pasado.


-Verás Lucia, antes que nada te pido perdón por el grabe error que Sergio a cometido, nadie tenía derecho a convertirte en vampira.
 -Yo... Tengo muchas preguntas. -Respondí
-Tranquila tendremos tiempo para eso, nos quedaremos aquí los días que sean necesarios. Te enseñaré todo lo que quieras. Ahora debo ir a casa, necesitamos más sangre y avisar a la familia. 
Alexandra te quedarás con nosotros, habla un rato con Lucía.
 -Claro que sí papá. -Dijo muy sonriente.
-Gracias cariño, ahora me voy a casa. Hasta luego chicas.
-Adiós tío Alfonso.
-¡Chao papá!  


Y ahí estaba yo en una cabaña lujosa con una prima vampira simpática y graciosa. 
De todas las situaciones que me pudieran pasar en la vida esta era la más extraña y menos creíble. 
¿Como íbamos a ser vampiros? ¿Como Hector iba a ser un hombre lobo? Nada tenía sentido, cosas de películas y cuentos se habían hecho reales ahora.
Además no podía dejar de pensar en que sería mi vida, la de mis padres, la de Hector... Demasiadas preocupaciones...


-Es normal que estés así ahora Lucía, pero todo irá bien. -Dijo Alexandra al ver que estaba muy callada.
-¿Todo irá bien? ¡Nada va bien! ¡Soy una vampira por culpa de tu hermanito idiota, mi amigo de toda la vida que iba a ser mi novio es un lobo no se por que y mis padres a saber como estarán con todo esto! -Y exploté a llorar.
-Tranquila, tus padres están bien, mi padre y yo te ayudaremos. Ahora descansa y no te preocupes más.
-¿Los vampiros duermen?
-¡Jaja! Claro que sí, perdona si te molesto riendo tanto pero es que me recuerdas a mi cuando me convertí en vampira y soy siempre así.
-No te preocupes Alexandra. Muchas gracias por todo, me acostaré en ese sofá.
-No, mejor ven a la habitación, si quieres puedes quedártela.


  Era una habitación hermosa, con un vestidor y una cama de matrimonio de esas que tienen cortinas. Además por la ventana entraba una brisa muy agradable.


-¡Vaya, menuda habitación! ¿De verdad puedo quedarmela?
-Por supuesto, te dejo descansar.
-Muchas gracias! Pero una cosa más Alexandra, ¿podrías despertarme cuando volviera tu padre?
-Claro, que descanses.


 Y me quedé dormida en aquella habitación hermosa soñando con una vida perfecta.

2 comentarios:

  1. Hacía tiempo que no ponías nada, y justo hoy me encuentro con dos publicaciones nuevas. Este segundo capítulo está muy bien, ha sido muy entretenido de leer.
    En fin, espero que estés bien.
    ¡Saludos otra vez!

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  2. Ahora tengo que trabajar en el próximo capítulo! :D

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