Me quedé en la habitación hasta que la tormenta pasó y se hizo de noche.
-Hola. -Les dije a los dos que estaban sentados en la mesa cenando sangre caliente como si fuera sopa.
-Hola prima.
-¿Quieres cenar? Tienes aquí un plato. -Dijo mi tío.
-Claro. Tranquilo yo me sirvo.
Me senté y me serví la sangre pensando en como sabría, era la primera vez que la tomaba caliente pero decidí tomarla sin expresar mi sorpresa al verla en la olla. Decidí disculparme ya que necesitaba que confiaran en mi si algún día quería encontrar a Héctor.
-Me gustaría disculparme con vosotros... No debí enfadarme tanto, entiendo muy bien que mis padres no puedan saber esto pero se me hace duro no verles ni hablar con ellos.
-Tranquila, nosotros también entendemos que te hayas enfadado, pero me alegro mucho de que te disculpes, me gustaría que a partir de ahora tengamos una buena relación familiar. -Dijo mi tío bastante contento por mis palabras.
-A mi también tío. -Sonreí. -Además todavía tengo muchas preguntas sobre vampiros y cosas que aprender.
-¡Claro que sí! Te enseñaremos encantados. ¿Verdad papá? -Dijo Alexandra también contenta.
-Por supuesto. Pero me gustaría hacerte una pregunta Lucía.
-Dime...
-No te ofendas pero... ¿Qué piensas sobre el tema de Héctor?
Me quedé seria y pensativa durante un momento, pero si era necesario fingir un poco lo haría...
-No es fácil... Yo le quiero y me gustaría mucho verle pero... Ni si quiera se dónde está y no me gustaría que por mi culpa los vampiros tuvieran que pelear con los lobos... Además dicen que el tiempo lo cura todo. -Soné algo triste pero en la ultima frase cambié a más alegre. La verdad es que yo nunca había mentido sobre qué pensaba o sentía de verdad, pero dadas las circunstancias lo haría siempre que lo necesitara.
Durante el resto de la noche el tío Alfonso me estuvo explicando cosas de vampiros, me dijo que algunos vampiros pueden tener hijos como él y la tía Beatriz tuvieron a Violeta, mi prima pequeña.
Me pregunté cómo Sergio se había convertido en vampiro pero preferí guardármelo para mi, ya me enteraría de eso otro día.
También me contó que los vampiros crecen hasta cierta edad, digamos que dependen muchos factores.
-No lo entiendo, ¿entonces no seré joven eternamente como en las pelis? -Pregunté sin entender muy bien como iba eso.
Alexandra como siempre se rió un poco al escuchar mi pregunta y el tío me respondió:
-Verás te lo explicaré con un ejemplo. Alexandra se transformó en vampira cuando tenía diecisiete años, y ahora aparenta veintidós, pero no son cinco años los que han pasado si no diez o más. Los vampiros envejecemos muy lentamente y nos solemos parar en un punto. Puede que ella solo llegue a los treinta. Aun que contra más joven es un vampiro más posibilidades de crecer tiene, Violeta, por ejemplo, podría llegar a los cincuenta.
-Vaya... Interesante. -Estaba algo sorprendida y quise saber más. -¿Y yo a cuantos llegaré?
-Bueno ahora tienes quince, verás que estos primeros años cambiarás un poco hasta que llegues a aparentar veinte. Después puede que te pares ahí o que sigas creciendo.
-Creo que ya lo entiendo. ¿Cuándo podré salir de la cabaña tío? -En esas semanas aún no había salido a fuera.
-En cuanto estés preparada para aprender. Mañana mismo si quieres empezar.
-¡Sí! Quiero aprender a usar bien todos mis sentidos. -Dije animada.
-En ese caso me iré a descansar a casa, así podré preparar todo lo que necesitamos. Alexandra cuida de tu prima, que descanséis chicas.
-Estaremos bien, ¡Adiós papá! -Se despidió Alexandra.
-Hasta mañana tío Alfonso.
Alexandra y yo nos quedamos solas:
-Bueno hoy ha sido un día lleno de emociones eh. -Dijo mi prima dejándose caer en el sofá.
-Sí, siento haberme enfadado.
-Tranquila, es normal. Me sorprende lo rápido que has cambiado de opinión, sinceramente pensamos que no saldrías de la habitación en días. Sé que no es fácil, lo digo por experiencia.
Por primera vez noté tristeza en la voz de mi simpática y graciosa prima y me sentí mal por ella.
-Lo siento Alexandra, no me gusta que recuerdes estas cosas por mi culpa...
-Oh no te preocupes Lucía. Sinceramente estoy contenta de poder conocerte, desde que soy vampira no he tenido casi ninguna amiga.
Las dos sonreímos, la verdad es que si ella no hubiera estado allí convertirme en vampira habría sido mucho peor.
-Gracias Alexandra.
-Puedes llamarme Alexa, así es como me llamaban mis amigas a veces. -Dijo sonriendo.
-Jaja, está bien Alexa, si quieres tú puedes llamarme Lucy.
Y así estuvimos hablando y riendo durante un largo rato, estaba segura de que si algún día necesitaba ayuda podría confiar en Alexa.
Sin duda aquella noche empezó una bonita amistad y después me fui a dormir pensando en que me haría hacer mi tío a la mañana siguiente. Yo lo haría lo mejor posible solo por encontrar a Héctor.
Querer encontrarle y pensar que lo conseguiría me daba fuerzas y me hacía estar contenta, nadie podría hacerme cambiar de opinión. O al menos eso creía yo.
¡Hola Nerea!
ResponderEliminarMuy buen capítulo, aunque me ha sabido a poco. Qué intriga, ¿qué harán al otro día? Además de eso, que bien que Lucia haya encontrado una buena amiga en la que confiar.En fin, a ver para cuando una fuga para encontrar a Héctor, jeje.
Esperaré hasta el próximo capítulo para saberlo.
¡Un saludo!
wapa, me ha gustado mucho, tengo ganas de que saques el 6, para ver los poderes, el tema de la edad tambien me gusta ya que es diferente, jeej al de las pelis, te quiero wapa, ahora ire ha mirar otro, dew :) te amo :)
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